sábado, 3 de enero de 2009

Me miras y preguntas qué más nos queda

sueños, la risa, la prisa, arañarnos la piel, viajar al centro del alma,
naranjos,
el aire entre los dientes,
escapando entre los huesos
blancos como el fondo
de los ojos
cuando mienten. Como cuando juegas a esconderte. ¿Y si sólo nos quedase esta noche? ¿Eh? ¿Entonces, qué?

Tengo el revólver cargado.
Dispararé cuando tus ojos me lo pidan, ¿de acuerdo?
Vamos a recuperar lo que nos han robado.


No me mires así, ya me conoces,
no puedo evitarlo.
Aún escribo poemas en el tejado.