domingo, 9 de marzo de 2008

Que lo que llevo dentro del pecho no termina en ene ese o vocal. Que las vocales de mis sueños son fuertes pero cerradas, porque me persiguen las contradicciones en oración pasiva. Adiviné y acerté algunos tiempos verbales, pero sólo los que no ocurren por la noche, cuando el hueco de mi cama se hace diptongo sin querer. Que me condeno a mi misma a vivir en pretérito perfecto simple olvidando lo imperfecto, escribiendo monotonía con hache intercalada. Tropezando al sentir que he olvidado conjugar casualidades. No quiero pensar que llego tarde para servirte platos de palabras, y las baldosas gritan que se ha pasado la hora de la cena y ya no hay café de desayuno. Es el castigo por no saber hablar en primera persona y esconderse de los espejos.
Y me arropo hasta la sien con una manta de lana antónima al mes de Julio pero sintácticamente tejida en Abril. En la oscuridad me escondo imaginando que soy un gerundio.
Que es que no quiero llevar tilde como cualquier esdrújula.

No hay comentarios: